"Caminante no hagas ruido,
baja el tono de tu voz
que Romualdo no se ha ido,
Solamente se ha dormido
en los brazos del Señor"
(placa de agradecimiento a Romualdito)

La Animita es un monumento funerario popular que nace por la misericordia del pueblo en el lugar donde ha ocurrido una mala muerte. Los restos del difunto yacen en el cementerio local, por lo que se honra su alma, la "ánima".
En el sitio designado por la tradición se construye una caseta llamada indistintamente casilla, templete, ermita o gruta. Son imitaciones de casas o de iglesias donde se colocan velas en su interior para cuidarlas del viento. Todas las grutas llevan cruces así como también otros ornamentos, principalmente flores, pero también hay algunas que tienen objetos personales del difunto y en el caso de los niños, cada cierto tiempo, pueden verse en ellas las huellas de una celebración de cumpleaños, de recuerdos y regalos.





Se supone que en ese lugar ha quedado estampado un corredor directo con el sobrenatural mundo de Dios y es el "ánima" del muerto el que puede interceder directamente por los vivos cumpliendo favores de distinta índole, los que son escritos en pequeños papeles que se introducen en las rendijas y grietas de la construcción. La mayor de las veces es el silencioso ruego del penitente el que pide ser escuchado. Al parecer son en verdad milagrosas ya que sobre las animitas o a su alrededor, se van acumulando placas metálicas, trozos de mármol, madera o bronce en votos de gratitud por el favor concedido.
La Animita de Romualdito es considerada la más milagrosa de Santiago, la que cuenta con mayor número de feligreses y sin duda alguna su altar es el más extenso que se ha levantado en la ciudad.
La imprecisión biográfica es una clave vital para aproximarse a esta expresión de religiosidad popular. La muerte, la sangre derramada y los favores concedidos, a fin de cuentas, son lo verdaderamente importante.

Romualdo Ivani Zambelli
+9 de Agosto de 1933
En el libro del Cementerio dice que su nombre era Romualdo Ibáñez San Beliz que era originario de San Bernardo, que tenía un leve síndrome de down nunca se independizó, trabajó ni casó, sin embargo tenía una ocupación para el muy importante. Viajaba a diario en tren a Santiago y su misión era traerle el almuerzo a su padre.
El año 1933 cuando tenía 41 años, Romualdito realizaba su viaje como de costumbre. Al llegar a la Estación Central dio la vuelta por calle San Borja y ahí lo esperaban unos hombres para robarle a sangre fría su manto de Castilla (una prenda preciada en esa época).
Consta en el parte policial que murió producto de un corte con arma blanca y nunca se supo quienes cometieron tan horrendo crimen. La historia no tardó en hacerse conocida y muchos lamentaron su muerte y dignificaron su nombre como una forma de hacerle justicia.
Nadie sabe en que momento pasó a convertirse en una especie de santo popular. En calle San Borja fueron apareciendo las primeras plaquitas que le agradecían por el favor concedido, “Gracias Romualdito por haber salvado a mi hijito” y muchas otras del estilo. Con los años la calle entera quedó tapizada de placas, velas y flores que la gente llevaba.

+ El cuidador del Cementerio dice : "Era enfermito y tenía alrededor de 15 años cuando en el año 1933, rondaba el sector de Estación Central (San Borja) donde jugaba crack y además apostaba lo que era ilegal, un día caminando por el sector fue interceptado por unos hombres que le robaron su manto de Castilla y además lo violaron y asesinaron con un cuchillo" .
+ Como toda animita, su muerte fue violenta. Romualdo venía saliendo del hospital Barros Luco tras tratarse una grave tuberculosis, cuando fue asaltado y asesinado por salvajes delincuentes para robarle su manto de Castilla. Su cadáver habría sido encontrado justo en el muro donde hoy se lo venera.
+ Otros afirman que Romualdito no era adulto, sino un niño que murió asesinado en ese lugar tras ser violado por unos vagabundos.
+ "En Santiago, en la calle San Borja, primera cuadra entrando por Alameda Bernardo O'Higgins, fue asaltado hace más de cincuenta años Romualdo Ibáñez”.
+ “Ese día Romualdo Ibáñez había abandonado el hospital, era un convaleciente, caminaba solo, con dificultad, hacia su casa, envuelto en un chal”.
+ “Romualdo se defendió con sus débiles fuerzas, pero los maleantes le quitaron 15 pesos, el chal y lo asesinaron en el costado poniente de la Estación Central, junto a un muro”.
+ Doña Olga Soto, dueña de un puesto de diarios en el sector, recordó así el hecho: "Un día supimos que lo atacaron varios hombres muy malos que había por este sector y lo acuchillaron. Él venía del hospital, caminaba con una bolsita en la que había colocado su servicio personal. Entiendo que se arrastró hacia la esquina de la Alameda, pero se desangró".
+ "...Era del sur. Cayó enfermo y fue a parar al Hospital Barros Luco. Cuando salió, dicen que tuvo que venir por estos lados. Al pasar por esta calle, San Borja, del restaurante "Los Palos", que antes se llamaba "Los Tres Palos", salieron tres gallos que asaltaron a Romualdo Ibáñez y le quitaron cinco pesos y lo mataron aquí en este lugar".
+ "...A pocos metros de la Alameda, un asaltante nocturno asesinó a un caballero y el cadáver quedó aquí toda la noche. Debido a la oscuridad nadie pudo verlo hasta que amaneció".
+ "...Estuvo largo tiempo aquejado de una seria enfermedad. Cuando lo dieron de alta fue asaltado, robándole lo poco que tenía y clavándole un puñal en el estómago. Caminó casi una cuadra, desangrándose. No recibió ayuda alguna y falleció junto a esta pared".
+ "...Venía saliendo del hospital, recuperado de un mal del pulmón, cuando lo acuchillaron por robarle una humilde bolsa de utensilios".
+ "...Era un huasito enfermo que venía saliendo del hospital y llevaba una mantita a cuesta; y los malhechores, creyéndole huaso platudo, lo asaltaron y le dieron muerte".
Estas versiones son las más creíbles, tienen algunas semejanzas, son las más cercanas a la realidad, a la verdad.
Y están estas divergentes:
+ "Se trata de un joven retardado mental, sin grandes pecados, que fue enviado a la Estación Central a dejar un poncho. Fue asaltado por uno individuos, pero al resistir Rumaldo el ataque, fue asesinado".
+ "Era un tontito, al que le daban propinas por ayudar a cargar en las bodegas del sector. Algunos malandrines lo cogotearon un mal día y le dieron horrible muerte".
+ "Es un niño que murió hace mucho tiempo".
+ "Era un siniestro maleante abatido en esta calle, a tiros por la policía".
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Debido a la manera criminal de asesinar a un enfermo, la piedad popular comenzó a crecer iniciándose, como siempre, cuando una vecina encendió velas en el mismo lugar donde cayó la víctima. Con el tiempo se le construyó una caseta y al darse cuenta la gente de lo milagroso que era, se fueron sucediendo en interminables procesiones para pedir y también para agradecer por lo otorgado.

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La modernidad saca cuentas alegres por estos días: ha logrado echar abajo edificios históricos, para poner malls, ha reemplazado árboles centenarios por especies importadas, ya casi nadie almuerza un plato de verdad, y seguro que hasta ratones nos sirven, disfrazados de Mc o Mr algo. Pero aún podemos tener historia! Todavía hay instituciones que dan la pelea contra estos monstruos modernos.
Las animitas son un claro ejemplo de ello. Antes, llegaban y las sacaban sin pensarlo, cuando había que hacer un trabajo de construcción, con pésimas consecuencias.
Este es el caso de la animita de Romualdito. Hay miles de placas de agradecimiento, conocidas por los licenciados como ex votos, y centenares de velas prendidas, noche y día. Pero hubo algunos incautos que no dimensionaron el valor del lugar que lo vio morir.
Primero, fue un carabinero, que intentaba dispersar a los fieles hace algunas décadas: su caballo se encabritó sin razón aparente y el medio porrazo le significó al suboficial pasar a mejor vida.
Después, fueron los obreros que debían botar el muro, quienes no pudieron controlar sus propios equipos, quedaron bastante heridos y tuvieron que renunciar a la macabra idea de echarse la animita más famosa de Santiago.
Hoy, las empresas modernas son algo más cuidadosas en la Autopista Central por ejemplo,han convencido a los familiares de los muertos que tienen grutas por la vía, de reemplazarlas por una estructura moderna, pero igual de significativa. Lo que demuestra que con los muertos no se juega.
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Contexto Histórico
Año 1933
- El presidente de Chile es Arturo Alessandri Palma (2do período 1932-1938)
- Un 19 de Juio se creó la Policía de Investigaciones de Chile.
- El 19 de abril se fundó el Partido Socialista.
- 27 de Noviembre se habita a Coronel como puerto mayor.
- 12 de Diciembre por Decreto Supremo de esta fecha se reorganizan los Servicio Superiores de la Armada, creándose la Dirección de Armamentos de la Armada.
- Se formó el Comité Nacional Pro Derechos de la Mujer
- Se creó la Corporación de Ventas de Salitre y Yodo.
Santiago en la década del 30
Vestuario en la década del 30

Objetos de la década del 30
Publicidad en la década del 30

En el Mundo:
- En Cuba : golpe de estado de Batista.
- 20 de Mayo en se inaugura el Metro de Osaka, Japón.
- Como resultado de la mediación amistosa de Brasil, México y Venezuela reanudan sus relaciones diplomáticas.
- El Reichstag aprueba una ley por la que se conceden plenos y excepcionales poderes al Gobierno de Hitler.
- Se le designa a la Argentina su primer cardenal, monseñor Santiago Luis Copello, arzobispo de Buenos Aires.
- Federico García Lorca lanza su libro Bodas de Sangre
- En cine se estrena: El hombre invisible (The Invisible Man) de James Whale y Kinkg Kong, Ernest B. Schoedsack y Merain C. Cooper.
- El 18 de Febrero nace Yoko Ono, esposa de John Lennon. y el 3 de mayo nace James Brown.
Texto de Michel de Certau
"Hablar de los pasos perdidos"
- Los procesos del caminante pueden registrarse en mapas urbanos para transcribir sus huellas y trayectorias.
- Las lecturas de recorridos pierden lo que ha sido: el acto mismo de pasar, la operación de ir, de deambular, o de "comerse con los ojos las vitrinas" o dicho de otra forma, la actividad de los transeúntes se traslada a los puntos que componen sobre el plano una línea totalizadora y reversible.
- En su calidad de visible, tiene como efecto volver invisible la operación que la ha hecho posible, estas fijaciones constituyen los procedimientos del olvido.
- La huella sustituye a la práctica, manifiesta la propiedad que tiene el sistema geográfico de poder metamorfosear la acción para hacerla legible, pero la huella hace olvidar una manera de ser en el mundo.
9 de agosto de 1933
El día de su muerte
Resumen
La historia de Romualdo parte en su casa en San Bernardo del día miércoles 9 de Agosto de 1933 , a las 7 am, luego se dirige a tomar el tren con dirección a Santiago para dejarle la comida a su padre, llegando a Estación Central, Romualdo es asaltado robándole su manto de Castilla, finalmente es brutalmente asesinado en la calle San Borja.
La verdadera historia de su muerte
San Bernardo- 7 am.
Como todos los días Romualdo se despierta a las 7 de la mañana y a pesar del frío que rodeaba a la ciudad y con la lluvia golpeando en la ventana de su dormitorio toda la noche, se levanta con una sonrisa, ya que nuevamente iniciará un nuevo viaje en su querido tren, ese tan ansiado viaje desde su cuidad San Bernardo hacia la capital (Santiago) para dejarle a su padre el almuerzo, en ese viaje Romualdo siempre encontraba algo nuevo, disfrutaba mirando el paisaje y llegaba contándole la experiencia mágica del viaje a su papá.
Antes de ir a la estación, Romualdo se da un buen baño caliente y toma un contundente desayuno junto con su madre y sus dos hermanos, una gran taza de leche caliente de una vaca recién ordeñada, un pan con mantequilla y un par de huevos fritos, un manjar que disfrutaba siempre. Ese día Romualdo miró desde la ventana del comedor hacia la calle y se dio cuenta que aún llovía, por lo que decidió abrigarse y colocarse su mas preciado manto, el manto de Castilla, obsequio de toda su familia para su cumpleaños número 41.

Una hora mas tarde, a las 9 de la mañana, Romualdo estaba listo, se despide de su madre con un beso y de sus hermanos con un “pórtense bien”, sale de su casa y se da cuenta que no llevaba consigo la loncherita con el almuerzo de su padre, se devuelve y ya su madre estaba en la puerta de la casa con la lonchera en mano diciéndole “¡tan olvidadizo niño!” y le entrega la loncherita con su misión al interior de ésta.

Romualdo se demoraba cada día media hora hasta la estación para tomar el tren, por lo que esta vez con la inesperada lluvia se demoro más de lo normal, mientras esperaba a que cesara la lluvia un poco, se refugió bajo el techo de un almacén y ahí leyo una noticia del diario del día, el cual decía que la lluvia había azotado desde Aysén hasta la provincia de Santiago, al bajar un poco la intensidad lluvia, siguió caminando y llegó a la estación a eso de las 10 de la mañana.

Llegando a la estación todos lo saludan, ya que era conocido por todos e inmediatamente se sube al tren , entregando su boleto, el cual su padre le compraba todos los días y esperaba a que se lo marcaran, recorría el pasillo del vagón número 3 del tren y se sentaba en el mismo asiento todos los días, el número 7, su número de suerte, el cual también estaba al lado de la ventana y así podía disfrutar de la vista del paisaje que tanto le gustaba.

Ya comenzado el viaje, a eso de las 10:15, Romualdo le contaba siempre al que iba como compañero de asiento las experiencias que veía en el viaje, en el cual algunos sólo asentían y otros le seguían su juego, inocente y divertido. A medida que avanzaba el tren, el paisaje se urbanizaba y atrás iba quedando su querido campo y con un poco de dificultad se entretenía leyendo los anuncios que se encontraban dentro del tren.
Ya llegando a la estación Central de Santiago a eso de 11:15 de la mañana, Romualdo se baja del tren y se despide como todos los días de todos los funcionarios con un saludo de mano, en la estación, Romualdo siempre se quedaba conversando con la gente que transitaba en el lugar, ya sea con turistas o con los mismos funcionarios, los que algunas veces le regalaban dulces o galletas, cuando veía algún turista perdido, Romualdo siempre se les acercaba para ayudarlos con alguna dirección dentro de la ciudad, los guiaba hacia el acceso de la estación y les indicaba con su dedo índice la dirección del lugar que necesitaba alguna persona perdida; gracias a su buena acción , los funcionarios de premio le entregaban una gran paleta dulce.

Tan entretenido estaba Romualdo que fácilmente pasaba alrededor de una hora “jugando”, y siempre 5 minutos para las doce del día, Romualdo partía a dejarle la comida a su padre en la fábrica de confección de zapatos que quedaba cerca de la misma estación. Pero esta vez fue distinto.
Romualdo no se había dado cuenta que había pasado la hora de su reunión con su padre (12 del día) para la entrega del almuerzo ya que se quedó jugando con unos obreros que arreglaban los rieles de la misma estación, al “crack”, un tipo de apuesta, que en ese entonces era muy mal vista, estos tipos le dijeron a Romualdo si quería jugar, éste respondió que sí y se quedó jugando hasta las 3 de la tarde sin percatarse del tiempo transcurrido, como los apostadores se dieron cuenta del pequeño retraso que tenia Romualdo, se aprovecharon de éste y lo empezaron a engañar con dinero, éste a pesar de su retraso, era muy pillo por lo que se dio cuenta de la estafa y los amenazó diciéndoles que no iba a jugar más con ellos, nunca más. Los apostadores enojados, lo amenazan y le dicen que si comenta algo se va a arrepentir, por lo que Romualdo decide escapar del lugar donde estaba.

Asustado, Romualdo como nunca se escabulle entre unos pasajes que él no conocía, por lo que se pierde; angustiado, empieza a caminar a paso rápido por estas calles desconocidas, además, la lluvia era imparable y cada vez más fuerte; cansado de tanto caminar, se refugia en el techo de una casa, se larga a llorar y es escuchado por el dueño de casa el cual sale y le grita que saliera de ahí, por lo que Romualdo sale asustado y se larga a correr sin destino. Ya son las 5 de la tarde.
Por su parte don Pedro, su padre, lo estaba esperando en la entrada de la fábrica a eso de las 12 del día y transcurridos 10 minutos, se empieza a preocupar. Empieza a mirar de esquina a esquina si es que Romualdo se ha quedado conversando con algun transeúnte, y nada….pasados 15 minutos a eso de las 12:25 don Pedro, empieza a recorrer alrededor de la fábrica buscando a Romualdo y al no encontrarlo por ningún lado empieza a angustiarse cada vez más, recorre de un lado a otro sin tener respuesta ; ya son las 12:30 y don Pedro tiene que volver al trabajo, ya que si no vuelve, es despedido y debido a sus deudas y el cuidado de su familia no podía dejar que lo despidieran.

Don Pedro vuelve a su trabajo muy mal y angustiado y les cuenta a sus jefes lo sucedido, no le prestan atención y le dicen que vuelva a su puesto de trabajo, esté vuelve sin dejar de pensar en su hijo más regalón. Ya son las 3 de la tarde y don Pedro se escabulle de la fabrica en busca de Romualdo, pero es descubierto por su jefe el cual lo amenaza con la perdida de su trabajo, él, con rabia y resignación vuelve a su puesto. Son las 5:30 de la tarde, término del horario laboral y don Pedro sale desesperado en búsqueda de Romualdo.
Comienza a recorrer los barrios santiaguinos donde hay más comercio, ya que a Romualdo le encantaba mirar las vitrinas con los nuevos productos en venta, y siempre había algo nuevo por mirar, recorrió los mismos pasajes que Romualdo acostumbraba a mirar pero sin tener pista alguna de su hijo. Son las 6 de la tarde y ya empezaba a oscurecer. Romualdo por su lado, desesperado, trata de volver a la estación Central de trenes para volver a su ciudad, empieza a preguntarle a la gente que pasaba cómo llegar a la estación, pero ésta no lo oía y seguían de largo, estuvo así durante media hora, hasta que una señora se apiada y le dice cómo llegar, Romualdo muy agradecido, saca de la lonchera de su padre una manzana y se la regala.

Ya en dirección correcta hacia la estación pasa por una calle muy oscura, en la que en un letrero hecho a mano decía que se llamaba calle San Borja.
Romualdo camina a paso fuerte y muy valiente, llegando a la esquina, mira hacia la derecha y se da cuenta de que por fin a llegado a la estación de trenes, pero al doblar mira y ve que lo estaban esperando los obreros apostadores, empieza un forcejeo y una pelea, los apostadores le decían que debía plata que había apostado jugando, éste les dijo que no tenía, los apostadores le dijeron que en cambio de ese dinero les entregara su manto de Castilla, Romualdo les gritan que no, que jamás se las entregaría que era regalo de su papito, al negarse, los apostadores sacan una cuchilla y lo apuñalan, asesinándolo a sangre fría. Son las 6:30 de la tarde.
Mientras tanto, don Pedro, angustiado por su hijo sigue recorriendo las calles preguntando si han visto a Romualdo pero nadie sabe de él, llega a la estación Central preguntando por Romualdo y nadie sabe de él, dicen que lo vieron jugando con unos obreros al crack y que de ahí no lo han visto más, don Pedro recorre toda la estación con una lluvia intermitente, empapado sigue recorriendo y buscando a Romualdo, hasta que en la esquina de la calle San Borja ve tirada una lonchera, se da cuenta que es su lonchera, mira en el interior y aun estaba el almuerzo que le iba a entregar su hijo, mira un poco mas allá y ve a Romualdo tirado en la calle boca a bajo, sin su manto de Castilla. Son las 7 de la tarde y Romualdo yace bajo un oscuro día junto con una interminable lluvia.
Santiago llora la muerte de Romualdito, su santo y querido justiciero del vandalismo callejero.

Desde ese día en la estación central de Santiago dicen haber visto a Romualdito jugando y haciendo sonar su lonchera con la comida de su padre por las paredes de sus queridos trenes, como haciendo entender que ése es su lugar favorito y que nunca mas se alejara de sus trenes y sus aventuras vividas dentro de sus vagones.
Descripción tridimensional
Físicamente
- Hombre 65 años aproximadamente
- Bajo, contextura normal, pobre y por su barba de varios días, su rostro toma un aspecto desaliñado y desaseado. - Como baja constantemente los hombros, entiendo que está cansado. Luce un tanto sediento pues su boca se abre a ratos, como si buscara agua.
- Viste con ropas oscuras, lo que hace su aspecto aún más lúgubre. De su polera rota penden hilachas que dan la impresión de arrastrase junto a él. - Cuando no está descansado, camina sin ninguna dificultad, a paso firme y decidido. Parece no avergonzarse de su aspecto o condición.
Sicológico
-Sus gestos y forma de caminar demuestran que va por la vida un poco a la defensiva, como desafiando al que se atreva a mirarlo. Las únicas veces que baja la guardia es cuando descansa, pero creo que esto es exclusivamente por el peso de las bolsas.
-Denota un carácter fuerte, no tiene mayores problemas en pedir agua en una de las casas vecinas. No se avergüenza de su condición ni agacha la cabeza como la mayoría de los indigentes que piden algo.
-Siempre mira a la cara de la persona, nunca baja la cabeza como símbolo de inferioridad o timidez.
Social
- Parece ser chileno, sus rasgos son bastante comunes, no hay indicio de otra raza.
- Por su aspecto pareciera ser que no tiene techo donde vivir. La forma en que sujeta sus bolsas da la impresión de que está dispuesto a defenderlas hasta la muerte en caso de que alguien quiera quitárselas. Parece decir “esta es mi casa y nadie me la quita”
- Su ocupación no está clara. Como los vecinos del sector lo saludan o ven con familiaridad, podría desempeñar “pitutitos” de jardinería o bien vivir de la solidaridad de otros.
Recorrido
Para llevar a un formato audiovisual el recorrido de nuestro personaje, quisimos hacerlo de una manera más atípica. No nos enfocamos en los elementos típicos de un recorrido: las calles o los personajes que interactúan en ella, sino que quisimos mostrar el recorrido de una forma más existencial. La idea principal, más que dar registro del recorrido diario por el vecindario, fue mostrar un recorrido por la línea del tiempo, de la vida.
Para ello, intentamos registrar el desgaste, destrucción, arruinamiento, huellas y marcas que deja el acelerado paso del tiempo. Esas huellas que van marcando nuestros ropajes y nuestro cuerpo, convirtiéndolo en uno más lento y pesado. Es el resultado de la carga de los años. El tiempo se lleva muchas cosas consigo, no obstante quedan registros: los recuerdos. Nuestro personaje decide guardarlos en bolsa. Y ese es, precisamente, el registro audiovisual que publicamos.



Tomando en cuenta lo expuesto, el trabajo que nos encomendó el profesor en clase representaría una experiencia, pues el efecto que produjo la actividad en la gente que, por azar, resultó testigo de ella, representa la noción de desconocido. Cuando iniciamos el recorrido de la actividad, nos encontramos, como es lógico, con mucha gente que transitaba por las calles. Lo extraño fue que las personas, al vernos con cámara en mano, se nos acercaron para preguntar en qué estábamos. También algunos se detuvieron para mirar más de cerca aquello a lo que nuestros focos apuntaban. Al notar que se trataba de cosas más bien “cotidianas”, siguieron su camino. Incluso hubo algunos que nos incitaron a fotografiar otras cosas. Por ejemplo, el recorrido de la actividad nos llevó a estar frente a una agencia publicitaria. El dueño del espacio, al ver que fotografiábamos la fachada de su edificio, nos invitó a pasar a conocer la agencia y, desde allí, enfocar nuestras cámaras.

Así, analizando los efectos que los agentes sociales que sin querer se transformaron en parte de nuestra “experiencia”, se puede entender que el recorrido en sí se transformó en un elemento nuevo. Quizás nadie está acostumbrado a ver a dos jóvenes con cámara fotografiando espacios públicos. El solo hecho de representar nosotras un elemento nuevo dentro de la vida de la gente que iba de paso, se transformó en una experiencia nueva. Tanto para ellos como para nosotras.

En cuanto a la noción de no-lugar, ésta va implicada al espacio físico que se utilizó para realizar el trabajo. Estuvimos en la calle, que representa un lugar de paso, un espacio abierto de transición. En la calle no hay quien busque identidad, pues, a simple vista, no se crea una relación palpable entre quien la ocupa y el lugar mismo. Es, técnicamente, un lugar en el que todo personaje que intervenga se mantendrá anónimo.


